
Déjame que te cuente... Reiki. Mi primer día de formación Después de lo que para mí impaciencia fue una larga introducción teórica llegaron las prácticas. ¡Oh! Yo no podía creer lo que sentía en mis manos. Era como si de las palmas emanara algún tipo de carga magnética, como si el campo áurico de esa zona se hubiera densificado. Eso era, según explicaba el profesor, la energía Reiki (o energía universal) canalizada. Al colocarlas sobre el cuerpo de la otra persona pude sentir como se trasladaba en forma de calor y en algún punto me pareció notar como se absorbía más energía de la que mis manos generaban. He de decir, para ser honesta, que en este punto mi resistencia mental empezaba a cortocircuitar. Mi racionalidad no podía experimentar, descubrir y encontrar explicación al mismo tiempo. Tenía que escoger entre experimentar sintiendo o experimentar pensando. Es evidente que eso no se consigue sólo con decidirlo. Años y años ejercitando y priorizando la mente racional, ...